jueves, 28 de marzo de 2019

Primavera esteparia y moratera

Estar lesionado no significa estar parado. Una rotura de fibras en un tendón de mi gafado brazo izquierdo me está impidiendo trepar estos días así que hay que buscar cosas para moverse y disfrutar, que ya vale... :)

El sábado, sobre la marcha, me pongo las zapatillas y me voy corriendo al cabezo de las zorras. Más o menos por estas fechas suelo hacerlo. En total, aunque nunca subo y vuelvo exactamente por el mismo recorrido, salen 12 kilómetros y unos +232 m. de desnivel.
 
Lo mejor es que salgo de la puerta de casa, salgo de la ciudad y se tienen unas vistas singulares del peculiar paisaje que rodea Zaragoza.

Tras la paliza, tarde de descanso y me apunto a la salida de escalada de Os Andarines a Morata el domingo. Allí estoy echando una mano y aclarando algunos conceptos y disfrutando del día y de la compañía.

A mitad de mañana, decido irme a dar un paseo desde el macizo del Alí que es donde estamos tomo dirección hacia Morata de Jalón, pasada la peña del Reloj, tomo el barranco del ciego y comienzo a ascender por este siguiendo las marcas blancas y azules que hay. 
Curiosas columnas que se encuentran cerca de la cima

Al final del barranco, monte a través se asciende hasta lo alto de la peña desde donde puede observarse el pueblo a la izquierda, de frente la peña del castillo, a los pies los diferentes sectores de la peña del reloj y a la derecha la cuenca del Jalón y el resto de la escuela. Me tomo un descanso para recuperar el aliento y disfrutar de la soledad y para abajo.



En hora y media estoy de vuelta, justo para comer. Tras descansar un poco decidimos movernos al otro extremo del Alí. Allí a la sombra y con algo de brisa estamos en la gloria. Un acierto. Apuramos la jornada y caen varios largos más. El día ha sido productivo y con un ambiente muy majo.

De vuelta, con el albergue cerrado, paramos en el bar de la estación a tomar unas más que merecidas cervezas, hablar de seguridad en los chapajes, veganismo y cosas así ;) Otro día, más.

lunes, 18 de marzo de 2019

Con el comando Cinco Villas por el campo de Belchite

Ayer domingo nos fuimos a escalar a la Foz Luismi y yo. Pero no solos, si no con amigos por las dos partes... Se vino conmigo Kike, habitual compañero de pateos en las últimas semanas. Luismi quedó con sus colegas de Tauste y sobre las 10.30 nos poníamos los cinco en camino por la estepa zaragozana.

El día era incierto ya que hacía cierzo y Sol. Hasta llegar allí no sabíamos qué íbamos a encontrar... Tiempo frío. Así que nos subimos al bulder del Bombi y calentamos en 300, V+ para que Kike pudiera hacer sus escarceos por la roca. 
Kike practicando el nudo de "ocho" antes de subir por "300, V+"

Mientras los otros están en un 7b con más pena que gloria, Diego está en Torrenta, 6c y decido meterme a probarla. Saco todos los movimientos y llego a la cadena. Me gusta la vía. Una placa con diferentes secciones; entrada fácil, paso en desplome con travesía, placa fina de pies y regletillas para terminar con una llegada a la reunión de buenos agarres pero con una buena encima... Para otro día es posible que le vuelva a dar.

Como estamos cocidos decidimos bajar al jardín flotante. Como allí tengo proyecto, no me importa... Antes, desmonto 300, V+ aprovechando la reunión común que tiene con su vía vecina y hago en polea esta; Inmortals, 6a+ que me parece más fácil pero bueno... A veces estas cosas pasan.
'Clip'

Ya en el jardín, el tiempo cambia y parece hacer acto de presencia la anunciada borrasca. Mucho aire, frío y a pie de vía se está mal. Kike y yo nos vamos a dar una vuelta por el barranco y al volver me meto en Jardín flotante, 6c vieja conocida y pendiente en mi lista... En el primer pegue ya me noto que voy frío y en el bloque de izquierdas desde el bidedo en extensión, al ir a salir al cazo de derechas en la remada, zasca! Noto un fuerte pinchazo y me tengo que colgar. 
Kike captura las nubes llegando al barranco...

Cada vez me duele más y se va inflamando la palma de mi mano y el dolor de los dedos anular y corazón va irradiando hasta el codo... Se acabó por hoy (y por unas semanas) el escalar. Como siempre cuando uno está fuerte y volviendo a salir a roca. En fin... A recuperar.

Luismi le da un último pegue a Torolobo, 7b y nos vamos al bar. A media tarde en casa, hielo y hoy al fisio. 

domingo, 10 de marzo de 2019

La única opción es la correcta.

Como en la vida, escalando, hay que tomar decisiones. Es cierto que a veces hay multiplicidad de opciones pero en las cuestiones importantes de verdad, cruciales, vitales, de supervivencia... Sólo hay una. Y esa opción ha de ser la correcta.

Tras una temporada en la que por diversos motivos no he salido a escalar, hoy, a pesar de los vértigos (físicos -y mentales-) he decidido tomar una decisión. La correcta.

Quedo con David, Estela y Teo que me dicen que hay una concentración de chavales de la sección de escalada del Club Helios y van a acudir con Teo a Morata. Me parece buena opción. Los niños aparte de "dar mucho mal" (que se dice en Aragón), proyectan energía, ilusión, alegría... Así que me parece perfecto el plan.
Una caseta de pájaros colgada de un árbol junto al Jalón

Como han cerrado el albergue de Morata nos saltamos el café-escalador y vamos directos al parking de la aguja. Allí nos desperezamos, vemos que va a hacer un día brutal y nos ponemos a montar y escalar Guirlache de Aragón, V- coincidimos en este sector con un grupito de "Madrid" (gallega, valenciana, de Ciudad Real... y alguno de la capital).
Teo en "Guirlache de Aragón, V-"

Después cuando llegan del otro parking el resto de la chavalería y sus tutores legales (a.k.a. padres-madres) nos vamos para la peña del reloj. Allí montamos Estela y yo la larga Directa Rosario Marín, V con sus alejes y tal... Bueno, vamos poniéndonos en materia en esto del escalismo después de tanto tiempo.

Antes de comer, aún escalamos El engendro metálico, V+. Son las dos de la tarde y toca parar a comer. Se está muy bien al Sol ya que hace brisa, aunque en la roca en algún momento casi pasamos hasta calor.

Después de reponer energías, nos vamos a un par de vías nuevas en este sector. La primera que hacemos que me parece muy chula es Noa, 6a que tiene dos pasitos. Uno al principio en una bonita panza de buenos agarres y, otro, llegando a la última chapa en un paso de adherencia de pies.

Para terminar, hacemos la variante de la izquierda de esta vía, M.c, V+ que a mi, personalmente, me parece más dura que la otra. De hecho pienso que el grado correcto sería intercambiado. Esta vía, además de empezar en desplome de buenos agarres, es más mantenida (siempre con canto...) pero te hace pensar y no te deja relajarte mucho. Además, aquí, las chapas alejan... Y la vía termina con una llegada a la "r" en panza. Así de postre :)

De pronto, coincidiendo con la puesta de Sol se levanta el aire y decidimos que por hoy, ya vale. Objetivo conseguido #neversurrendering

domingo, 3 de marzo de 2019

Subida al cabezo de Rodrigo, 1.077 m.

Se puede hacer monte sin ir a la montaña. A tan sólo media hora de casa se encuentra, en dirección a Teruel, el pueblo de Paniza y su sierra.

Esta mañana, levantándome sin despertador ni grandes pretensiones, mientras termino el café decido ir a subir el cabezo de Rodrigo. Como últimamente por diferentes motivos no puedo hacer grandes salidas improviso pequeñas actividades en el entorno de casa. Entrenando y manteniendo la forma para cuando las circunstancias acompañen para hacer otras cosas e intentando difrutar…

Se trata de una salida por la sierra de Paniza bonita, con diferentes lugares de paso, un recorrido en forma de dientes de Sierra en su tramos más elevado, de 527 metros de ascenso pero 712 metros de desnivel positivo acumulado. Bastante completa para algo menos de tres horas y media de actividad.
Grullas que surcan el cielo por encima de cabeza camino de Gallocanta?

Tras dejar la autovía, atravieso el pueblo por la calle nueva y, nada más pasar las piscinas, al llegar al final del pueblo, dejo el coche. Me preparo y me pongo en marcha a las diez en punto de la mañana. Hace Sol y viento. Durante todo el día tengo que ir jugando con las dos capas que llevo aparte de la camiseta...

Comienzo a andar por la calzada de la carretera que va de Paniza a Aladrén hasta llegar a una curva de izquierdas sobre un puente. Allí, queda indicado el desvío hacia la ermita de la Virgen del Águila. El camino discurre por una pista de tierra que va dejando campos y fincas a sus lados. La vegetación de la zona (robles, encinas...) va poco a poco pasando de los arbustos a los árboles conforme de forma suave voy ganando altura.

Después de media hora aproximadamente llego a una gran carrasca (encina) en cuya copa cuenta la leyenda que se le apareció la Virgen a un pastor. A los pies de esta hay un banco y cerca una mesa. Tiene pinta de ser lugar de hacer almuerzos... Continuo y poco a poco me voy adentrando por el bosque a través de mayores pendientes y caminos más estrechos ignorando los desvíos a los lados. Oigo motores de motocicleta. Decido andar con ojo puesto que se ve que es recorrido de motocross...
Vistas desde la Ermita de la Virgen del águila hasta donde puede también accederse en coche por una pista asfaltada...

A la hora llego con una buena sudada a la ermita. El último tramo es muy estrecho y empinado. En algunos pasos resbalo a pesar de estar el camino seco. El santuario me parece enorme. Como algo, repaso las indicaciones de la guía y tomo la pista que en dirección Oeste-Este desciende e inicia un tamo de "sube-y-bajas" por un sinuoso recorrido por el puerto de Cerveruela. Dudo en algunos momentos si voy por el camino correcto, ya que los tiempos referenciados no corresponden con los míos. Continúo no obstante por la pista principal hasta que la GR desemboca por una PR y me reoriento.

El camino sigue ascendiendo y descendiendo cortafuegos y conforme voy superando diferentes palas la ermita a mi espalda se va alejando. Estoy completamente sólo. No me encuentro con nadie a excepción de un motorista al comienzo de la subida a la ermita... Por fin, tras dos horas de marcha llego al vértice geodésico que tras una última pala me indica que he llegado al cabezo. 

Sopla el cierzo y tras unas fotos y comer algo, deshago mis pasos sin llegar de nuevo a la ermita, tomando un desvío por una pista ancha con Paniza al fondo.

La bajada es cómoda y en una hora la pista que tomamos empalma con el inicio del camino que hemos hecho. El olor dulzón de los almendros, las grullas en el cielo y los ratos alternos de calor y frío me recuerdan que a este invierno, a pesar de las predicciones de los próximos días, poco le queda.