Fin de semana en Soria. Regalo que nos hacen a Sil y a mi en su trabajo de dos noches en un hotel rural muy chulo y bien ubicado.
Llegamos el viernes a la tarde, justo antes de ponerse el Sol y podemos dar una vuelta por el pueblo, ver la Iglesia, las bonitas casas y respirar el aire más frío que hasta la fecha este otoño hemos podido inhalar. La luz de las farolas amarilla resulta cálida en el ambiente junto al olor de chimeneas que impregna el ambiente.
Cenamos pronto y terminamos de decidir la jornada del día siguiente. Al amanecer, desayunamos copiosamente y cogemos el coche a 8º para poner rumbo al parking de la laguna negra. Allí, tras aparcar, tomamos la senda que va paralela a la carretera hasta el parking de arriba, al que ya no se podía acceder. Son 2km por un camino precioso que merece la pena hacer.
Tras ver la laguna y lo alpino de sus estampa con los ocres, amarillos y verdes entremezclados en la vegetación, esquivando a la cuantiosa masa de gente que hay, tomamos la senda que asciende a lo alto del glaciar. Allí, hay dos caminos señalizados al pico, optamos por tomar el de la laguna helada. No sabemos si subieremos el pico o no, no tenemos cerrado el itinerario y dependerá de cóñmo vayamos de tiempo.
Al llegar a la laguna helada, con menos personas por la senda ya, decidimos continuar subiendo. No nos queda mucho desnivel por salvar y vamos bien de hora. Llegamos a un collado donde una ancha pista recibe los itinerarios de otros senderos y la gente vuelve a aparecer...
Ya se ve el pico a lo lejos y el camino que desde la otra alternativa del desvío hacia la helada, llega hasta allí también. Se ve que el día y la fecha han hecho que afluya mucha gente. El cierzo sopla fuerte desde hace un rato y la temperatura aunque soportable no es comfortable. Sil decide quedarse en la base del macizo del pico en menos de 10' subo y bajo hasta la cima.
Tras beber algo y comer, iniciamos el retorno por un camino algo más corto que el de ascenso. La bajada es cómoda y nos vamos cruzando con más personas. Pasamos por la laguna larga, más pequeña que la helada pero a mi juicio más bonita, por el entorno. En este tramo pasamos por varios parajes que merecen un alto y fotografía. La verdad es que me sorprende lo bonito que está todo pese a lo seco que ha sido el verano.
En poco tiempo alcanzamos el punto del desvío donde enlazamos con el itinerario de ascenso y, así, continuamos hasta la laguna negra. Desde allí, alcanzamos el parking inferior esta vez por la carretera, por eso de variar un poco. También es un camino bonito con rincones con encanto.
Ya en el parking, como son las 14.30 entramos al bar a ver si, a pesar de la marabunta, aún nos dan una oportunidad... Tenemos suerte y caen dos buenos bocatas de chorizo de la zona (espectacular) y tortilla de patatas. No podemos pedir más... Un día espectacular en un entorno maravilloso. No todo es Pirineo. Seguimos! :)