Decían que el domingo no solplaría el cierzo, decían... Aún así, las ganas empujaban más a saltar de la cama y coger la bici.
La lesión del tendón de mi dedo anular izquierdo, está siendo tediosa. Pesada. Lenta. Cuando te lesionas, luchas contra diversos factores. El principal arma que uno tiene es la motivación por volver, las ganas acentuadas por el parón obligado... Cuando me lesioné del hombro, la situación era más grave pero más favorable al mismo tiempo. Yo sabía que tras la rehabilitación iba a poder escalar con un hombro al 100% mientras los 8 años anteriores, había tenido un importante handicap. Y así fue. Volví más fuerte y mejor y he escalado más de lo que nunca había escalado. El problema con el dedo es que lo tenía perfectamente y ahora se trata de recuperarlo lo máximo posible, vamos, lo contrario.
Por este motivo, ahora, he de recuperar la motivación para con paciencia lograr volver al punto donde lo dejé todo ya hace más de dos meses. Al menos me queda un mes más hasta que pueda volver a entrenar y recuperar la forma para poder escalar con garantías de no lesionarme y disfrutar.
Ancha es la estepa...
Entre sesiones de rehabilitación y para no perder la forma (y por salud mental) he tenido que abrirme a la práctica de otros deportes y admitir, aunque sin creermelo mucho..., que no sólo de escalada vive el hombre. Si tenemos en cuenta que por estudios y trabajo los fines de semana se quedan en la mitad, los compromisos que tengo y el descanso que también he de cuidar, no tengo mucha opción... Aún así, estoy saliendo más menos regularmente a correr (5, 7, 9 km...) y a hacer gimnasia de mantenimiento en el tablón.
Este finde, tras solventar múltiples problemas mecánicos, tocaba sacar la bici de montaña. El domingo, con el viento uniéndose a la fiesta, me marqué 34 km por el CR41 hasta Valmadrid.
Recorrido y perfil del trayecto Zaragoza -> Valmadrid -> Cartuja -> Zaragoza
Saliendo desde la puerta de casa, la verdad es que es un lujo coger la bici y, esta vez en solitario, quemar piernas por los áridos caminos zaragozanos. Tras los primeros repechos, toca cuidar las frenadas y bajar a tumba abierta mientras me cruzo de vez en cuando con trail runners y beteteros. Hay ambiente...
La verdad es que tomando como referencia las reseñas de www.rulando.es me confío y a mitad del recorrido, cuando la retirada no era una opción, el viento se convierte en protagonista. Toca hacer un esfuerzo, sobre todo mental y tomárselo con calma. Comer algo, beber, abrigarse, desabrigarse, ... No voy mal de tiempo y sólo es cuestión de eso precísamente.
Ya al llegar al PTR tomo la pista del canal imperial y afronto los últimos kilómetros por terreno conocido. Llego a casa, sentándome a tomar un poco el Sol y descansar antes en un banco de la plaza. Estiro un poquillo también... Al poco de subir, llama Pablo al telefonillo que ha salido a correr y al pasar por casa, le ha apetecido una cerveza. ¡Bienvenido!
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