Este fin de semana entraba en la Península el (para muchos) esperado frente de frío y nieve. Coincidiendo con el cambio de horario y de luna, parece que el veroño deja paso al invierno.
Desde Os Andarines, se había programado una salida al Perdido haciendo noche en Góriz pero hubo que posponer la reserva y buscar alternativas más protegidas del temporal. Tras barajar el miércoles en la sede del club distintas opciones, pensamos que el Tozal de Guara, por situarse más al Sur, estar a menos altura y ubicarse en la Sierra de Guara -que tiene un microclima más benévolo- podría ser una buena opción.
Quedamos a las 7 de la mañana para salir de Zaragoza en dos coches; Paco, Carlos, Pedro, Armando, Jesús y yo y acudía a Nocito directo Javier. Algo antes de las 9 de la mañana estábamos en Nocito. Desde Arguís nevando. Así que ante la más que probable situación de no poder subir hasta el Tozal, reservamos mesa a las dos en Casa Ortas Albás (muy recomendable si estáis por la zona!). Con lo importante bien atado, nos ponemos las botas, cogemos las mochilas y nos ponemos a andar.
Comenzamos a ascender suavemente entre bosque en dirección al tozal la nieves va a acumulando en los árboles y de vez en cuando caen costras de esta por el peso espolvoreando a su paso al afortunado que en ese momento andaba por ahí. Tras algo más de media hora nos encontramos con un cruce de caminos donde tomamos la dirección al barranco de la Piñera.
Continuamos ganando altura para después, en un cambio de vertiente donde nos asomamos hacia el Norte bajar unos metros para adentrarnos en el barranco. Allí continuamos por el camino en dirección al Tozal y dejamos un desvío por el que volveremos. Paramos un par de veces a picar algo y beber agua, admirar el blanco paisaje y las mezcla de verdes, rojos y amarillos con el blanco recién caído, la gran cantidad de setas que se acumulan a los bordes del camino. Un espectáculo.
Continuamos ganando altura entre bosque y terrazas hasta llegar a un claro donde se abre un poco el terreno y desde el que afrontaremos las últimas cuestas antes de llegar al collado de Petreñales. Allí es donde decidimos dar por finalizada la ascensión, por la hora que es y lo cubierto que está todo a partir de esa altura.
Tras las fotos de rigor y picar algo, abrigarnos... Comenzamos el regreso. Deshacemos nuestros pasos hasta el desvío que dejamos en el barranco y tomamos la bajado entre robledales donde, a pesar de que la nieve y la lluvia se alternan, predominan los colores rojizos y amarillos por una alfombra de hojas. La verdad es que está precioso y cuesta no pararse continuamente a admirar los matices de las luces y colores, hacer fotos...
Continuamos perdiendo altura y acercándonos a Nocito para lo que tenemos que cruzar en sucesivas ocasiones el río. El paisaje va cambiando y ya no dejaremos el curso del río y sus curiosas bañeras y oquedades hasta la pista que parte de este 1 km antes de llegar al pueblo.
Terminamos puntualmente a las dos tras 16 km y unos 800 metros de desnivel. Al menos, nos ganamos el fabuloso almuerzo que nos tienen preparado nada más entrar al restaurante. Así, sí jajajajaj!
No hay comentarios:
Publicar un comentario