Un par de meses parado por el cuello sin poder correr si quiera pero bueno, poco a poco, la rehabilitación va surtiendo efecto y si Dios quiere en poco tiempo, estaré otra vez en la roca.
Como me resisto a terminar el año lloriqueando, decido coger la cámara de fotos y salir la mañana de noche vieja a disfrutar de un atípico Pirineo, con más verde que blanco pero con la misma belleza.
La víspera, Adrián y Edu se animan a acompañarme, así que perfecto. A las 08.15 quedamos en las cuevas de las Güisas y en menos de dos horas, llegamos al refugio con las primeras luces del día. Durante la subida, principalmente por bosque tras dejar el camino de Santiago en dirección a Candanchú, podemos ver el pueblo cubierto por la neblina de la mañana que levantará con el Sol.
Tras beber un poco y revisar el estado del refugio, emprendemos de nuevo la marcha, la bajada a Villanúa donde además de las chicas, nos esperan unas buenas jarras de cerveza. Hay que mantener las buenas tradiciones y disfrutar de los buenos momentos año tras año... Seguimos :)
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