Y que mejor plan para un domingo que terminar antes de comer con una caña al Sol bien merecida... Y es que al volver de correr con Javi este domingo, comentábamos que, a pesar de lo dura que haya podido ser una jornada laboral cualquiera, uno no tiene la misma sensación de haberse ganado la recompensa de reponer fuerzas y líquidos, que después de hacer ejercicio...
Quedamos a las 10 para dejar las cosas en casa de Quique y salir a desperezarnos al Sol en el parque grande; Carol, Javi, Pablo y yo somos cuatro. Un ritmo lento, como saboreando el Sol, la brisa, el ambientillo de "runners" que hay, subimos, bajamos, seguimos la orilla del canal, nos metemos en el parque, lo rodeamos...
Y vuelta a casa de Quique para coger las cosas e irnos con él y con Laura a que mis amigos conozcan nuestro tablón. Media horita (más que de sobra) para que hagan sus primeros pasos y se les carguen los brazos y raspen un poco las manos. Les gusta un montón y flipan con lo que detrás de la puerta de la calle se esconde... Otro día, quizás más. Yo aprovecho para hacer mis ejercicios de movilidad prescritos para el fin de semana. Menudo mono que tengo..!
Y bien ganado el repostaje, terminamos como al principio comentaba. Y es que como reza el slogan, no es más rico el que más tiene...
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