El sábado pasado, Carol y yo lo teníamos reservado para hacer una travesía por las crestas que unen los tres picos más altos de Madeira.
Característica silueta del Pico Areiro, comienzo de la travesía. A pesar de lo que parecía, las nubes respetaron...
En el centro de la Isla, emerge esta sierra de origen volcánico. Por un camino empedrado y túneles (hasta 6 de ellos atravesamos) hechos por la mano del hombre para transportar ganado hace años, unimos las tres cimas atravesando un paisaje que parecía dibujado. Tonos marrones, verdes, grises y amarillos, se mezclaban perfectamente con las formas escarpadísimas de unas elevaciones que en su día fueron lava. Crestas que pedían ser escaladas y resultaban ser lenguas de lava solidificadas a distinta velocidad que los afilados gendarmes que unían. Un paisaje lunar, nada que ver con nuestro Pirineo pero igualmente bello y espectacular.
Carol a la salida de uno de los túneles, el más largo, el del gato
Parte del recorrido que hicimos, dentro del itinerario protegido PR1
Nuestro guía, Beni, nos explicó el recorrido y sus peligros. Los hay, aunque siendo prudente y atendiendo a las explicaciones, no hya que tener ningún problema. A pesar del fuerte viento que al coienzo en el Ariero hacía y caminar a 1.800 metros prácticamente toda la mañana, el tiempo fue bueno, alternando las sombras y el Sol durante el mismo.
Fotico que nos hicieron con la cima al fondo
Impresionantes lenguas de lava desde la cima (antiguo cráter) hasta la falda
La verdad es que es un trekking muy fácil pero que merece la pena hacer si se visita Madeira. Sólo las últimas rampas nos hacen sentir el esfuerzo en las piernas. Después de un bocadillo al Sol y saborear las vistas del día, aún tenemos un pequeño camino de 2,5 km. (PR1.2) hasta el punto donde el coche nos va a recoger, Acahadas do Teixeira.
Poco más que decir, mejor, dejo algunas fotos.
Panorámica desde la cima del Pico Ruivo, 1.862 m. con el "Nun's valley" al fondo
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