Seguimos de recuperación. Una semana menos para volver a escalar. La verdad es que la cosa va bien. A pesar de lo malo, no puedo quejarme...
Así que aunque no sin pereza, decido estrenar la furgo y después de una barbacoa con amigos del trabajo en Alfocea, cojo lo básico y me subo a dormir a Peraltilla, cerca de Alquézar. Allí están Luismi y Dani que darán cuenta de unas buenas brasas. Yo no puedo ni cenar...
Después de una larga sobremesa, nos vamos a dormir. Pasamos buena noche y al punto de la mañana antes de desayunar damos un paseo por los campos de los alrededores del pueblo. Está todo muy verde, se nota el agua de los últimos días y disfrutamos de la tranquilidad de la primera hora de la mañana.
Al final, deciden escalar en Vadiello y quedamos en Loporzano con Willy y con Diego y Rubén que suben desde Zaragoza. Tras un café yo decido quedarme a dar una vuelta por los alrededores. No conozco mucho esa zona de Vadiello y todas las demás las tengo muy trilladas. Así que pregunto a Willy por paseicos por la zona y me convenzo para hacer el que va a Bandaliés.
Cuando marchan a escalar, me cambio de calzado y cojo agua y me marcho a pasear. El campo está plagado de amapolas y otras flores que dan color al verde del trigo. La pista está habilitada para que puedan ir bicis también, discurren por los caminos a los campos de cultivo entre pueblos.
Algún paso de equilibrio para vadear un pequeño riachuelo que se forma con las lluvias de los últimos días pero ninguna dificultad más. La vuelta, por el mismo lugar aunque con alguna variante. Bonitos y tranquilos pueblos y lugares que favorecen poder ver aves y otros bichos.
Sobre el mediodía, recojo los bártulos y me bajo a Zaragoza. Al día siguiente entrenaré, que es lo que toca ahora y, poco a poco, seguimos!
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