Ayer domingo fuimos a escalar, tras la reunión anual del tablón y la correspondiente juerga del viernes, a la escuela oscense de San Pelegrín.
Con los piris al fondo, llegando al muro
Esta escuela, muy cercana a Alquézar, cuenta con unos increíbles muros de caliza con unas placas y desplomes infinitos. Roca de muy buena calidad al Sol. Ideal para el invierno. Las vistas del Perdido y Marboré desde sus pies de vías, son impresionantes.
San Pelegrín, muros de calidad
Las vías predominantes son de séptimo y octabo grado; placa, desplomes, chorreras. Todas ellas, auténticos rutones. Eso, si, el grado aprieta. Y mi hombro lo manifestó con una falta de seguridad y confianza que me remontó al fatídico mes de febrero. Pero bueno, es lo que toca, hay que trabajar más y seguir escalando. Poco a poco, recuperando sensaciones porque son eso, sensaciones. No tengo dolor ni inflamación, pero el coco, no va...
Pablo Blanchard bregando en "los Piratas"
En lo que a la jornada se refiere, un nutrido grupo de tabloneros previo café en Villanueva, no plantamos allí poco antes de las 11 a.m. Pilar, Iñaki, Álvaro, Javi, Ricardo, Víctor, Pablo y yo. Gente fuerte, que se llevaron buenos encadenes, mientras yo sufría con mi hombro y mis fantasmas en un 6b+ de bloques algo raro, "Escaleras al cielo" y una placa muy técnica de 6c+, "Made in Asturies", preciosa. En fin, pooco a pooooco. Destacar que Víctor se llevo a vista un 7b+ y lo celebramos de bajada con una ronda a su salud.
Marcelo, la mascota
Una escuela a la que volver, sobre todo si me pongo fuerte, jejejeje!
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