Tras las fiestas del Pilar (bueno, acaban hoy...) y en pleno trimestre necesito despejarme un poco y planeo salir a andar. Así también hago algo de rodaje de cara a la salida del fin de semana que viene con Os Andarines.
Estoy dispuesto como otras veces a irme solo pero le comento a Alberto a ver si le apetece acompañarme y me dice que sí. Perfecto. De paso nos pondremos al día.
Salimos de Zaragoza a las ocho de la mañana y sobre las nueve ya estamos en Lécera cubiertos por una espesa niebla. Nos cuesta un poco encontrar la pista donde dejar el coche y empezar a andar. A eso de las 09:18 empezamos a caminar.
Casi todo el camino discurre por una amplia pista de tierra en muy buen estado. Completamente ciclable. Las marcas amarillas y blancas de la PR33 nos van indicando que vamos por el buen camino. Además, en algunos cruces hay carteles señalizadores.
Una balsa junto al camino. Un tesoro en medio de la estepa |
Tras dejar un desvío a nuestra derecha por el que luego volveremos (camino del pinar) divisamos nuestro objetivo al fondo. El camino comienza a empinarse algo más y tras una serie de curvas, llegamos a una cresta que no dejaremos ya hasta la cumbre.
En este tramo podemos ver algunas torretas de madera para apostarse los cazadores, entendemos. Toda la zona es coto de caza y los carteles de "guarda rural" nos lo recuerdan.
A lo lejos podemos ver ya el vértice geodésico que indica dónde hemos de llegar. El camino se estrecha un poco y podemos ver que a él llegan otras pistas similares a la que hemos seguido que deben partir de Albalate del Arzobispo.
No me da tiempo a llegar junto a Alberto para la foto :) |
Sobre las 11:40 llegamos a la cumbre donde podemos contemplar, despejado ya el día, las vistas por todos los flancos. Llama la atención lo seco que es/está todo... Bueno, es lo que tenemos por aquí. No es el Pirineo, tiene su encanto pero...
Tras tomar algo y beber emprendemos el regreso. Nada más bajar de la loma de la cima y recuperar la pista principal tomamos el desvío del camino del pinar. A pesar de que no hace excesivo calor, la sombra de los pinos se agradece. Seguimos descendiendo por este camino sin encontrarnos con absolutamente nadie. El panorama es lunar, apocalíptico,... Digno de una película como Mad-Max o Terminator.
Curiosas formaciones fruto de la erosión en el terreno |
Pronto llegamos al desvío inicial y de allí, no tenemos mucho rato hasta volver al lugar donde hemos aparcado el coche. Recogemos las cosas y para casa. Antes de entrar en la ciudad pasamos un agua al coche porque estaba de polvo hasta arriba. Solo nos queda comer y toda la tarde por delante.
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