Recién llegado al campo base de
Jaca por vacaciones, de forma improvisada sale la oportunidad de empezar ya a
hacer monte. Arancha, una compañera de oficina que anda por Biescas me dice que
ha quedado con un amigo, Alberto, para hacer una “mañanera”. Son las diez de la
noche, estoy perezoso aún, recién desembarcado, pero me apunto… Si me levanto
sin ánimo siempre puedo avisarles y, como van dos, no les hago mucho
desaguisado.
A las 8 de la mañana estoy en la
plaza de Biescas, les recojo y ponemos rumbo a la estación de esquí de
Formigal. El coche lo dejamos en el parking de sarrios. Allí, se toma una pista
asfaltada (*que nosotros nos escaqueamos -secretito-) y se llega hasta los
remontes donde se coge ya la GR11.
Arancha busca el agua tras salvar el primer desnivel del camino |
La seguimos en dirección Oeste adentrándonos por el barranco que poco a poco nos va haciendo ganar altura. Durante el ascenso hasta casi los 2.000 metros, podemos ver ranas, marmotas, lagartos de diferentes colores… A pesar de no haber madrugado mucho y que el día está completamente despejado, que sudamos como pollos, podía haber sido peor. Gracias a la brisa que corre en algunos tramos nos refrescamos. Eso sí, toda el agua que llevo termina cayendo.
En apenas una hora hemos llegado
a los ibones. Muy bien, la verdad. Así que, aunque los tres tenemos que estar
en Biescas y Jaca, respectivamente, a la hora de comer decidimos tirar para
arriba. Después de un breve descanso y las pertinentes fotos que, en un marco
así son obligatorias, retomamos el camino.
Al llegar al collado dudo si subir sólo el pico Anayet o seguir con Arancha y Alberto al vértice. Yo ya he subido el vértice. Lo hice hace 3-4 años con mi amigo Andrés y, ya que estoy allí,… Dudo.
Ibón de Anayet |
Al llegar al collado dudo si subir sólo el pico Anayet o seguir con Arancha y Alberto al vértice. Yo ya he subido el vértice. Lo hice hace 3-4 años con mi amigo Andrés y, ya que estoy allí,… Dudo.
Finalmente, por motivos de
horario prefiero ir juntos y, así, evitar demorarnos más de la cuenta por unos
u otro, ya que el tiempo de subida desde allí a cualquiera de los dos objetivos
es similar… Además, como la anterior vez (con nieve) que subí al vértice lo
hice por la canal, tampoco voy a repetir itinerario.
El siguiente tramo es una
pendiente mantenida por el mismo collado al que llegamos desde los ibones. Con
la cumbre en todo momento a la vista es cuestión de coger el ritmo e ir
superando la distancia que nos separa de ella.
En menos de dos horas alcanzamos
la cumbre del Vértice de Anayet. Esta nos regala una amplia panorámica de picos
y valles próximos y conocidos. Comemos algo, le pedimos a un gabacho que nos
haga una foto cimera y comenzamos la vuelta. Lo haremos por el mismo camino que
hemos seguido de subida.
Señalar que esta marcha es fácil, agradecida y muy bien señalizada. Merece la pena hacerla si aún no se ha realizado y es perfectamente compatible con niños, al menos hasta los ibones.
Señalar que esta marcha es fácil, agradecida y muy bien señalizada. Merece la pena hacerla si aún no se ha realizado y es perfectamente compatible con niños, al menos hasta los ibones.
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