Bisaurín es un pico del que me vereis escribir varias veces. Cuando empecé a tener contacto con el Pirineo, gracias a los campamentos de verano de Ánade, era "el pico". Sólo los mayores, podían aspirar a intentar su cumbre, la más alta desde ese punto del Pirineo hasta el final de la cordillera en dirección Oeste.
Vista de Bisaurín desde el aparcamiento del refugio de Lizara
El lugar donde se sitúa, el valle de Aragüés, también ayuda con su paisaje y picos colindantes a que su cumbre sea una de las más bonitas que he tenido oportunidad de conocer.
Para entonces ya había estado allí dos veces anteriormente. En el año 1.997, en uno de los últimos veranos que subí a los campamentos como chaval y en el año 2.003, en Agosto, con los amigos de Donosti. En ambas ocasiones, empezamos a caminar desde el refugio de Lizara para luego remontar dirección noroeste hasta el collado del Foratón y ganando metros ya subir por la pedriza hasta la cresta que te lleva a la cumbre. Desde allí se ve en un día despejado picos como el Midi D'Ossau, la Peña de Bernera (o mediodía...) principalmente, aparte de los valles vecinos de Hecho y Aísa...
Esta mi tercera vez, con ganas de ver nieve y más que con el objetivo de llegar arriba, queríamos subir hasta el Foratón para "tocar" un poco de nieve y ver el paisaje blanco desconocido para la mayoría de amigos que me acompañaban, en este caso, chicos y chicas del grupo de jóvenes de mi parroquia. Antes de intentarlo el sábado por la mañana, tapeamos el viernes a la noche por Jaca y dormimos en casa de los Lecha en el pueblo de Hecho. La cosa empezaba bien.
Carlos y Andrés llegando al foratón
Aquí estoy yo en el foratón rodeado de las primeras nieves del año
Además, carecíamos del material necesario para haber ascendido más en condiciones seguras (raquetas, crampones...). Por otro lado, el tiempo era bastante malo... Ya en el foratón, nos encontramos con dos esquiadores que nos dijeron que se habían tenido que dar la vuelta unos pocos metros más arriba y que ni se nos ocurriera subir equipados como íbamos. Les hicimos caso.
Parte del grupo aprovechando un claro para la foto
Santi haciéndole comer nieve a Juanan
Finalmente, tras una jornada agradable y habiéndo pasado un día lejos del asfalto y en buena compañía, lo celebramos con unas jarras de cervezas en el refugio antes volver a Zaragoza.
Los Javis, Santi, Juanan, Carlos, Leyre y yo
Vista de Bisaurín desde el aparcamiento del refugio de Lizara
El lugar donde se sitúa, el valle de Aragüés, también ayuda con su paisaje y picos colindantes a que su cumbre sea una de las más bonitas que he tenido oportunidad de conocer.
Para entonces ya había estado allí dos veces anteriormente. En el año 1.997, en uno de los últimos veranos que subí a los campamentos como chaval y en el año 2.003, en Agosto, con los amigos de Donosti. En ambas ocasiones, empezamos a caminar desde el refugio de Lizara para luego remontar dirección noroeste hasta el collado del Foratón y ganando metros ya subir por la pedriza hasta la cresta que te lleva a la cumbre. Desde allí se ve en un día despejado picos como el Midi D'Ossau, la Peña de Bernera (o mediodía...) principalmente, aparte de los valles vecinos de Hecho y Aísa...
Esta mi tercera vez, con ganas de ver nieve y más que con el objetivo de llegar arriba, queríamos subir hasta el Foratón para "tocar" un poco de nieve y ver el paisaje blanco desconocido para la mayoría de amigos que me acompañaban, en este caso, chicos y chicas del grupo de jóvenes de mi parroquia. Antes de intentarlo el sábado por la mañana, tapeamos el viernes a la noche por Jaca y dormimos en casa de los Lecha en el pueblo de Hecho. La cosa empezaba bien.
Carlos y Andrés llegando al foratón
Aquí estoy yo en el foratón rodeado de las primeras nieves del año
Además, carecíamos del material necesario para haber ascendido más en condiciones seguras (raquetas, crampones...). Por otro lado, el tiempo era bastante malo... Ya en el foratón, nos encontramos con dos esquiadores que nos dijeron que se habían tenido que dar la vuelta unos pocos metros más arriba y que ni se nos ocurriera subir equipados como íbamos. Les hicimos caso.
Parte del grupo aprovechando un claro para la foto
Santi haciéndole comer nieve a Juanan
Finalmente, tras una jornada agradable y habiéndo pasado un día lejos del asfalto y en buena compañía, lo celebramos con unas jarras de cervezas en el refugio antes volver a Zaragoza.
Los Javis, Santi, Juanan, Carlos, Leyre y yo
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