domingo, 29 de mayo de 2022

Garmonegro el día de la ascensión

Cuando un amigo de los de toda la vida (nos conocimos con 4 años) te invita que le acompañes al monte. Allá que vas. Qué mejor día, además, que el de la Ascensión.

Lo único claro es que íbamos al valle de Panticosa. El destino final, lo decidimos al aparcar. Entre Baciás y Garmonegro, a Andrés le apetece más el segundo y aunque no he estado en el Baciás, lo espectacular del día promete unas vistas desde el Garmonegro que no puedo obviar. Además, estreno cámara de fotos así que a ello.


Sobre las 09.30 nos ponemos a caminar. Ya en camiseta de manga corta. Antes, saludo a Arancha que está por allí también con unos amigos. Enchufamos los relojes, y p'arriba.

Pronto alcanzamos las primeras campas y ya vemos que la nieve nos recibirá a no mucha altura. Pero antes, toca encontrar el sendero entre un campo de bloques de roca tras las segundas campas que siempre despistan. Esta vez, no nos desviamos demasiado y vamos directamente hacia la lengua de nieve.


Nos cruzamos con 3 montañeros que bajan ya de la cima y nos recomiendan ponernos los crampones al inicio del nevero. Así lo hacemos. ya no nos los quitaremos hasta la arista cimera.


Vamos siguiendo la huella a más de 2.500 m. y aunque la comodidad de la alfombra blanca se agradece al hacer el terreno más regular, también hace más continua la pendiente y físicamente exigente. Hemos de parar en sucesivas ocasiones para recobrar el aliento. Vamos a buen ritmo así que nos lo permitimos.


Sobre las 13.30 hacemos cumbre y comemos algo, nos hacemos fotos y sobre todo disfrutamos de la panorámica. Espectacular. Estamos solos en la cima y lo gozamos.



Sobre la 14 iniciamos el descenso. Aunque la primera parte la gestionamos con cariño, la nieve está muy bien para cramponear y no hay peligro con piolet en mano. Conforme dejamos más atrás la cima, más rápido avanzamos. 



Tras quitarnos los crampones seguimos el sendero de subida y en poco más de dos horas llegamos de nuevo al coche. Nos cambiamos y recogemos las cosas satisfechos.


Antes de volver a Zaragoza nos regalamos dos jarras de cerveza que nos lo hemos ganado. Seguimos!