lunes, 26 de septiembre de 2016

Guerreros de la Roca

Ya hace tiempo que el famosísimo libro de Arno Ilgner cayó en mis manos. Lo compré con muchísimas ganas de leerlo, pero he de reconocer que tras una primera lectura me quedé igual que antes...

Sin duda, aquella lectura fue precipitada en cuanto al momento en que la hice. Apenas llevaba meses escalando y no había experimentado ni una pequeña parte de las experiencias, situaciones o tropiezos descritos por el autor y en base a los cuales desarrolla su método.

Sin embargo, este verano, a pesar de seguir considerándome un principiante aunque ya con algo más de conocimiento de este maravilloso deporte, me decidí a leerlo con lápiz y libreta en mano. El resultado esta vez si ha sido el que esperaba... He conseguido cambiar el chip y centrarme en la escalada de tal modo que estoy disfrutando más que nunca de toda ella; desde los entrenamientos a los retos en roca. Dando prioridad al aprendizaje que de la misma se desprende y alejándome cada día más del resultado.

En fin, no pretendo enrollarme mucho más aquí... Os dejo un resumen que desde mi lectura y visión personal del libro he hecho. Si os sirve bien, pero si no, casi mejor... Así os obligará a estudiarlo por vuestra cuenta y sacar vuestras propias notas. Un libro fundamental para entender y trabajar la dimensión mental de la escalada. Ahora estoy convencido de que de lejos es la más importante.

(pincha en la imagen para ver el resumen)

jueves, 1 de septiembre de 2016

Pretemporada

Empezamos el curso en roca como no podía ser de otra manera; sufriendo. De piel, de fuerzas,... Como nos gusta. Disfrutando ;)

Quedamos temprano para poder trabajar por la tarde. El plan es comer en casa y así fue. Nos plantamos pronto en Gratal y al lío.
A ratos fresco, a ratos calor... La montaña en verano...

Ricardo calienta y monta Poder mecanico, 6c al fondo del muro, la penúltima vía. Esa va a ser mi lucha... Me parece muy chula. Como todas las vías de Gratal, es la típica "anti-vía" para mi ya que es de conti... Escalo bien. Saco todos los pasos y tras tres pegues, sin piel, tengo que dejarla para otro día. Pero me quedo llegando a la "r" con los paso matizados y estoy seguro de que caerá.

Aprovecho para volar. Llevo tiempo releyendo "Guerreros de la roca" e identifico muchas limitaciones descritas en el libro que me afectan a mi y a mi manera de escalar. Comentando en el tema en el coche con Ricardo, coincide conmigo en bastantes aspectos del plano psicológico de la escalada, su importancia y cómo ha de entrenarse también esta faceta del escalador. Me fijo el objetivo de "forzar" e ir al límite evitando colgarme cuando me quedo sin fuerzas con un triple objetivo:
  1.  Perder el miedo (siempre que la caída es limpia y no entraña riesgo alguno...) a volar y evitar que ello condicione mi manera de escalar durante la actividad.
  2. Al no estar pendiente de la caída, lograr que toda mi atención permaneza en la vía y mis gestos.
  3. Conseguir llegar a reposos "ocultos" que sin llegar a forzar el paso al ir al límite de mis fuerzas, colgándome, no alcanzaría. Muchas veces, nos colgamos o caemos justo antes del "cazo salvador" o un buen reposo que nos pueden permitir recuperar y encadenar la vía...
Es una lástima que todo el trabajo físico que hacemos en el panel se vea deslucido en la roca por estos miedos fantasmas. Ojo... No me refiero a volar sin criterio, ni a faltarle el respeto al riesgo real (que en la escalada, SIEMPRE está ahí) sino a no sabotearnos a nosotros mismos, poniéndonos obstáculos añadidos. Además, y esto es lo más importante, si esto no se corrige puede hacernos dejar de disfrutar de la escalada.


Bueno, por mi parte me voy satisfecho porque la forma en la que he escalado hoy es mucho más fluida que en otras ocasiones. He disfrutado y estado muy centrado en la vía, también en los chapajes, aterrizajes, etc. Creo que es el camino a seguir...

Ricardo, tras calentar, se embarca en el intento a vista de La cobacha del reuma, 7b+ pero no lo consigue. Quizás para intentar a vista ese grado, no era la mejor vía. También vuela.

Nos vamos con un buen calentón en los antebrazos y contentos. A seguir entrenando.