sábado, 15 de mayo de 2021

Guara, qué bella eres...

Seguimos de recuperación. Una semana menos para volver a escalar. La verdad es que la cosa va bien. A pesar de lo malo, no puedo quejarme...

Así que aunque no sin pereza, decido estrenar la furgo y después de una barbacoa con amigos del trabajo en Alfocea, cojo lo básico y me subo a dormir a Peraltilla, cerca de Alquézar. Allí están Luismi y Dani que darán cuenta de unas buenas brasas. Yo no puedo ni cenar...

Después de una larga sobremesa, nos vamos a dormir. Pasamos buena noche y al punto de la mañana antes de desayunar damos un paseo por los campos de los alrededores del pueblo. Está todo muy verde, se nota el agua de los últimos días y disfrutamos de la tranquilidad de la primera hora de la mañana.


Al final, deciden escalar en Vadiello y quedamos en Loporzano con Willy y con Diego y Rubén que suben desde Zaragoza. Tras un café yo decido quedarme a dar una vuelta por los alrededores. No conozco mucho esa zona de Vadiello y todas las demás las tengo muy trilladas. Así que pregunto a Willy por paseicos por la zona y me convenzo para hacer el que va a Bandaliés.


Cuando marchan a escalar, me cambio de calzado y cojo agua y me marcho a pasear. El campo está plagado de amapolas y otras flores que dan color al verde del trigo. La pista está habilitada para que puedan ir bicis también, discurren por los caminos a los campos de cultivo entre pueblos.


Algún paso de equilibrio para vadear un pequeño riachuelo que se forma con las lluvias de los últimos días pero ninguna dificultad más. La vuelta, por el mismo lugar aunque con alguna variante. Bonitos y tranquilos pueblos y lugares que favorecen poder ver aves y otros bichos.

Sobre el mediodía, recojo los bártulos y me bajo a Zaragoza. Al día siguiente entrenaré, que es lo que toca ahora y, poco a poco, seguimos!

miércoles, 5 de mayo de 2021

CAL(C) y arENA

Pues otra escapada al paraíso de las agujas calizas. Rojas, blancas y grises. Tumbadas, verticales y desplomadas. Parece que en esta zona la primavera todavía no se atreve a romper. Noches heladas, mañanas ventosas y algo de sol ya por la tarde que da paso a las brasas...

Llegamos el viernes y aunque cansados, descansamos en la conversación entre cervezas. Dormimos profundamente. Almorzamos más profundamente y nos desperezamos en vías de 6a a la derecha de cueva honda. Calidad y comodidad para empezar a trepar. Calentar. Reir. Sentirnos ricos. Somos felices.


Frío con viento y alguna gota para echarnos de allí pero seguimos. Me vengo arriba (literalmente) y aprovecho que Luismi tiene montada "Sopa de bichos, 7c" y me arrastro. Quiero hacer fuerza y esperar que el cuerpo responda para darle a la de la izquierda "Bichos raros, 7a". Y fuerza, hago. Vaya que si la hago. Y estoy contento a pesar de no estar a la altura (aunque estoy arriba...) porque a cambio de mi fuerza me devuelve valor, técnica y motivación. Derrumbar muros, miedos y limitaciones... cayendo, pasando miedo y quedándote sin fuerzas. Paradoja de la roca (¿De la vida?)


Me quedo con eso por hoy. Hace más frío y quiero cuidarme para el domingo aprovechar. Estrategia se llama... Y la estrategia, hay veces (muchas) que se viene abajo. Sin avisar. Cuando ya bajas la guardia...

Nos retiramos contentos, cantando y riendo. Llegamos a las furgonetas. Dejamos las armas y cogemos los alimentos. Partimos leña y me parto el alma. Mi hombro es un árbol caído. No hay lágrimas -en mis ojos-. La pena sonríe, ha vuelto y me conoce bien. Intento no hacerle demasiado caso. Respiro, suspiro. Herido y rescatado por Diego y Maikel. Sobreviviré y volveré a la batalla. Pero no este fin de semana.


Celebramos la vida. El cumpleaños de "yayon". Las heridas desaparecen, los buenos momentos permanecen. Me voy a la trinchera. Mañana será otro día. El día de la madre. Despierto con la cabeza en llamas y el corazón, como el parabrisas de la furgoneta, escarchado.

Paseo con mi amigo el insomne hacia Purujosa. Hace frío y todo y todos duermen excepto nosotros y un corzo. Me intenta animar (Luismi, no el corzo... Aunque se parecen mucho; los dos son -animales- libres en la naturaleza). Sé que lo ha conseguido aunque aún no lo siento. Compartimos café y termino de despedirme de los más madrugadores que van resucitando. 

Viajo en silencio aunque el ruido es enorme. Además es domingo. Bajón. Pero es el día de la madre y hace sol. Paso la mañana con la mía, vamos a Misa, tomamos el aperitivo y consigo que no se entere de nada. Día salvado. Y un día menos para volver a escalar. Seguimos!