jueves, 29 de enero de 2015

Lesionado, pero no parado

La escalada se dice es un continuo volver a empezar. Siempre hay alguien en el tablón "de vuelta". Es un deporte exigente física y mentalmente.

Los dedos, por razones obvias..., varias articulaciones (como los hombros), contracturas musculares en la zona cervical o lumbar, etc. Están a la orden del día en cuanto a motivos de obligado parón. En esta ocasión y en lo que se refiere a mi, me ha tocado un clásico; la polea del anular izquierdo.

Sin embargo, aún no conozco a ningún escalador que tras una lesión no haya vuelto a la andadas y, en muchas ocasiones, más fuerte todavía.

Mientras espero el diagnóstico para comenzar el tratamiento y la recuperación, procuro guardar reposo activo metiendo horas en el gimnasio del tablón con pesas y máquinas, trx y estiramientos, saliendo a correr... Y también he aprovechado para darle un lavado de cara al blog y terminar de editar un vídeo que grabé en la última salida a roca que hice.

El modelo (escalador) deja bastante que desear, pero es el que había cuando encendí la cámara. Además, la calidad no es la mejor ya que no tengo claro que ha pasado al compilar el vídeo ya que el máster se ve perfecto pero la imagen vibra al crear el archivo y reproducirlo... Quizás alguien me pueda ayudar. La verdad es que la cámara es una gozada y seguro que la llevo conmigo a partir de ahora.

Os dejo el vídeo de Pablo Blanchard encadenando "La prima del Riesgo" un 7a+ del sector techo-muro de Vadiello.



lunes, 12 de enero de 2015

De la zona de confort a la de pánico. De esta, a la mágica y, en ella, lesión

Intenso fin de semana que comenzaba con unas sesiones de motivación, coaching e inteligencia emocional en el máster de consultoría en emprendimiento que estoy cursando. En parte, de ahí el título de esta entrada...

El domingo, "To climb or not to climb... That's the question..!"... El pasado domingo, hace una semana, sacando unos bloques en el tablón con SuperVane oí un crack en el anular de mi mano iquierda y un ligero dolor que tras soltar la presilla y saltar al suelo fue a más.
 Mejor que trabajando

Tras una semana de semi reposo en la que fui a correr y un día a colgarme de cazos en el tablón para intentar calibrar el alcance de la lesión, el fin de semana, parecía que a pesar de las molestias no iba a tener problemas para escalar, así que tras remolonear un poco, me marcho con Mon, Lalo y Pablo.

Tras dudar por el calor que se preveía acerca de nuestro destino y despedirnos en Villanueva de Ricardo y Torolobo (me han dicho que lo partió ayer e hizo 7c+ a vista... Está inhumano!) que marcharon a San Pelegrín de nuevo, nosotros nos vamos para Vadiello a conocer otro sector bajo la caverna: "Techo-muro" del que podéis encontrar reseñas en este mismo blog. Aprovecho para decir que he colgado unas reseñas que muestran sólo parte de las vías que hay en San Pelegrín... A falta de que me haga con el resto, algo es algo.)

Pablo encadenando "La prima del riesgo, 7a+"

Mon y yo calentamos en unos sextos que hay al final del sector. Hay que asegurar atado con un cabo de anclaje a una sirga de acero, con el río veinte metros abajo. Curioso... Y las vistas desde la "R" son chulas. Nos llevamos a vista Psicobloc, 6b (en mi opinión suave..) y Mon también Pa mi muyer, 6a que nos parece más duro. Yo caigo en el paso. La razón, mi dedo vuelve a hacer crack y se me abre, haciéndome volar y dejandome un bonito tatuaje en la pierna derecha por culpa de la cuerda. Sufro para llegar a la reunión y desmontar la vía. Se acabó el día para mi y veremos qué tengo.

Pablo y Lalo están en La prima del riesgo, 7a+ que Lalo encadena sin sudar... Pablo, a rebufo, también la encadena peleando bien... Mon, animado por los dos, decide tras descartar un 7a que prueba, centrarse en esa vía también...
 Mon luchando en sus proyectos

Pasamos el resto del día al Sol entre pegues ellos y fotos y vídeo yo, que ya que no puedo hacer mucho más, aprovecho para estrenar un regalo que este año me han traído los Reyes.

Terminamos merendando y echando unas risas en Villanueva y llegando a la conclusión de que se está mejor escalando que en el trabajo.

sábado, 3 de enero de 2015

San Pelegrín, un año después

Un año después de mi primera visita a esta escuela oscense, cercana a Alquézar y de la que todavía es difícil encontrar reseñas. (no estaría mal, dado lo conocida de la misma que se habilitaran unas sencillas reseñas para poder saber dónde meterse y dónde no. Si algún local se anima, o los equipadores hicieran el favor, muchos lo agradeceríamos. Vaya por delante la enhorabuena por su trabajo en esta zona plagada de buenas vías. No hay una mala.)
Panorámicas de las paredes, el Tozal del Vero, Turbón y Pirineos al fondo
Como siempre el paseo de veinte minutos escasos que hay del coche, pasado San Pelegrín, hasta las vías, es más que agradecido. A pesar de que en Zaragoza estaba helando cuando nos juntamos Mon, Ricardo, Lalo y yo para recoger en Huesca a Jokin, el microclima que suele hacer en la sierra de Abiego, nos recibe con un espléndido día de Sol, e incluso demasiado calor para apretar...

Las espectaculares vistas del Tozal del Vero con el turbón (sin nieve) detrás y los pirineos nevados más al fondo, bien merece estar allí. Los colores del sotobosque mientras ascendemos son todavía otoñales y, poco a poco, vamos entrando en calor.
 Los buitres sobrevolaron nuestras cabezas gran parte del día

Elegimos para calentar unos sextos. Largos. Yo, alentado por la cuadrilla, le doy de primero a un 6b+ con más miedo y torpeza que otra cosa. Poco a poco voy mejor, pero caigo en el paso en la quinta chapa. Unos dicen que el método (les hago caso) es por un lado, otros después de bajarme (habiendo calentado bien y batido el record de permanencia en una misma presa...), que por el otro. Para mi, tienen razón los segundos, Al menos, es notablemente más sencillo. Luego la vía es aguntar y disfrutar. Proyecto para otro día.
 Lalo is back in rock!

Mientras unos siguen probando y calentando, yo decido que el pegue "bueno" lo tengo que dar ahora y me voy a Velcro, 6a+ que Mon y Ricardo me recomiendan por ser (como todas las de San Pelegrín...) buena y bonita, que no barata. La vía comienza en un tramo de roca que forma escaleras a base de tacos para enseguida, pasar una parte de placa con buenos agarres y pies, pero más vertical, zigzagueando un poco. Se llega a un terreno más tumbado donde puedes darte un aire, justo antes del paso de la vía, muy cerca ya de la reunión. Antes del mismo, una panza que se supera con un par de bloqueos largos, te puedes chapar y volver a soltar brazos. Después de hacer eso y mirarme el paso (que otros lo hacen por la izquierda, pero que como tengo los brazos largos, yo acometo directamente) vamos a los movimientos que le dan el grado a la vía. Sin problemas, a pesar de que ya llevas unos metros (fáciles), como el hombro está ya perfectamente, ese paso de hombro y bloqueo no me supone ningún problema. Chapo una cinta más y llego en travesía a la reunión. Bien. Objetivo conseguido. Escalar de primero y a visto. De premio, encadene.
 Escalar con estas vistas es increíble...

Estoy muy cansado y es que estos días desorden en horarios, comidas y entrenemientos improvisados, se notan. Pero hemos venido a escalar. Ricardo y Jokin se van a un 8a que quiere montar y mirarse Ricardo como proyecto. Les dejo y me uno a Mon y Lalo que están en la séptima dimensión...

Así que esta vez en polea decido hacer metros y apretar en un 7a precioso que Mon se hace a vista y Lalo ya tenía. Bien por Mon! Una vía que sabe leer perfectamente y en la que gestiona los reposos de la misma forma. Yo disfruto, sacando toda la entrada, pero notando, una vez más que me falta resistencia... Así que colgándome y reposando lo mínimo, llego hasta poco más de la mitad de la vía sacando todos los movimientos, pero teniéndome que bajar porque ya no soy capaz de salir de donde estoy cuando decido continuar. No me queda nada... ¡Y sólo son tres largos! Pero bueno, todo suma. Este finde a entrenar y a empezar con el año la rutina y el trabajo.
 Mon en el 7a en el que escalamos. Muy chulo

Gran jornada donde todos disfrutamos y volvemos contentos a casa con el fresco ya metiéndosenos en el cuerpo. Otro día, más.