lunes, 25 de octubre de 2010

De largos y un sexto en la Peña del Reloj (Morata de Jalón) 23 de Octubre de 2.010

Ey! Por fin volvimos a la roca después de unos días de mal tiempo que nos habían encerrado en el boulder. ¡Y menudo día que nos hizo! En todos los sentidos; buen tiempo, vías chulas, aprendiendo nuevas técnicas en mi caso y mi primer sexto a la saca!

Al salir de Zaragoza con fresco, pero sin cierzo, nos encontramos con una densa niebla nada más coger la autovía a Madrid, sin embargo, pasado Épila, salió el Sol. Ni una nube, nada de viento, fresco pero soportable. Vamos, un día perfecto para escalar, de los que a estas alturas del año ya van escaseando.
    Marcos y yo sobre la peña con las paredes de Chodes al fondo

Como esta vez nadie puedo acompañarnos a Marcos y a mi, decidimos hacer una vía de varios largos y probar algo más duro. Yo nunca había hecho una vía de más de un largo y, Marcos, tras el curso que hizo en Jaca de escalada y de escalada en solitario, tampoco había vuelto a probar. Así pues, nos dirigimos a la zona sur de la Peña, en busca de una cuantas vías de entre 2 y cuatro largos. Sin embargo, tras una pateada bastante maja con todo a cuestas, no encontramos el pie de esas vías....

Así que volvimos hacia el coche y la parte Norte de la Peña, donde teníamos ya probadas algunas vías y localizadas otras tantas de dos largos. A pie de vía, "Guadalupe", Marcos me enseñó lo básico para comenzar y llegar hasta la primera cadena. Allí ya, aprendí a montar una reunión, con todos los anclajes y protocolos correspndientes para evitar pérdida de cuerda, no estar asegurado en una momento dado al maniobrar en ese pequeño espacio, etc, etc...




















Detalle de las reuniones que hicimos donde pueden verse la cuerda, las cintas o cabos, nudos y demás chatarra

Seguimos subiendo hasta la siguiente cadena y allí lo mismo, pero además, Marcos me enseñó a utilizar el reverso para asegurar a otro y rapelar, así como el ocho para rapelar. Después de eso, a rapelar, una gozada...
                       Rapelando Guadalupe

Probamos un V+, "Boulding", que era de placa con muy malos pies y pude comprobar como mis gatos, están llegando al final de su vida. Comimos porque ya no podíamos más de hambre y a continuación fuimos a las vías que hay de caliza roja a la derecha de la pared donde habíamos estado hasta el mediodía con intención de probar "Agujero tragón", un 6b de placa con agujeros y regletas con un desplome al final de salida no muy clara, ya que "a tientas" había de encontrar una pequeña regleta mientras te sostenías en romos y abría piernas para apoyarte lo más que podías y, a base de brazos superar la panza y llegar a la cadena. Increiblemente, tanto Marcos como yo, la hicimos a la primera, disfrutándola un montón. Eso si, en la última parte, ya a cierta altura y con los brazos algio nerviosos tuvimos que echar el resto como campeones. ¡Menudo alegrón me pegue cuando arriba, casi sin poder respirar exhausto, veía que por fin, había roto mi anterior tope! Marcos abajo me gritaba que ya lo tenía, que tenía que encontrar la regleta "salvadora" y la encontré antes de que el agujero tragón me escupiera... O me tragara ;)



Os dejo las foticos del día, como siempre. Saludos!

lunes, 18 de octubre de 2010

Boulder en el Pepe Garcés

Estos últimos fines de semana, por variar un poco y por mal tiempo y no poder salir a Roca, hemos probado el boulder del Pepe Garcés.

Este polideportivo, cuyo nombre pretende honrar la memoria del malogrado alpinista aragonés, está situado en pleno paseo del Canal y es bastante moderno y completo. Dispone también de rocódromo al que puede accederse si estás federado/a. Así como entre semana suele estar bastante lleno, los fines de semana no hay mucha gente... Este último domingo, estuvimos solos las dos horas que pasamos allí.

El aforo está limitado a 15 personas y el precio es de 2,40€ por 2 horas de uso. Sin embargo, como digo, los fines de semana no hay problema y, pasadas las 2 horas nadie te dice que dejes de apretar y te marches.

No es muy grande y para diario, podría resultar aburrido llegado el caso de tener que utilizarlo para entrenar, pero para quitarse el mono en días como estos, es perfecto, accesible en autobús urbano y hay un descampado donde puedes aparcar frente al mismo si vas en coche.