Volver a roca después de 7 meses no puede ser fácil, está claro. Pero creo que ni cuando me operé del hombro pasó tanto tiempo hasta que volví a calzarme unos pies de gato. Y eso lo estoy pagando, sobre todo, porque tampoco he podido entrenar mucho y el verano por medio... Vamos, que ha vuelto "excusitas".
Lo raro es que los pies me molestan muhísimo y eso que lelvo los gatos que más cómodos me van y uso para calentar. Esto promete. Nos vamos a la sombra y despedimos de Eduardo y Dani que tras 3 largos se tienen que marchar ya que tienen otros compromisos.
Nos plantamos junto a una familia de checos en la aguja negra. No se está mal. Me vendo el dedo como puedo y aunque con los pies escocidos y de segundo decido seguir escalando en busca de la sensación perdida. Hoy es lo que toca. Paciencia y humildad. No queda otra.
Después de volver a subir por vías que en otras ocasiones "devoro" de primero, esta vez es en yo-yo y aguantando el dolor de pies. Pero bueno, el próximo día será un poquito mejor y el siguiente otro poquito y así... Seguimos ;)






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