sábado, 23 de febrero de 2019

Subida al pico de Codos, 1.299 m

Este fin de semana por distintos compromisos, a pesar de recoger el viernes por la tarde la tabla que había dejado a encerar y afilar (cantos), no podía subirme ni a esquiar con el grupo de ski de Os Andarines, ni tampoco a subir Tendeñera con el grupo de alta montaña.
Eso no quita para que tras hablar con Kike y proponer al resto del Sanedrín una salida montañera, nos fuéramos precisamente a eso, a disfrutar de la montaña. Para ello, volví a recurrir al libro de 100 ascensiones de la provincia de Zaragoza, Así que buscando y buscando me encontré con la foto de la loma cimera del Pico de Codos y "me conquistó".  
Ambiente alpino en la antecima del Pico de Codos 

Kike me dio el ok, así que tras quedar a una hora que nos permitiera recuperar horas de sueño y descansar de la semana, se pasa a tomar un café por casa sobre las 09.30. Salimos de Zaragoza en mi coche algo más tarde y a eso de las 10.45 dirigidos por las indicaciones de un lugareño dejamos el coche aparcado cerca de la iglesia de Codos, donde comienza la GR90 que nos señala el camino al pico.

Desde el principio andamos cuesta arriba. Primero por camino entre campos y poco a poco nos acercamos al encinar de Valparaíso, entre árboles. El día es soleado y con algo de viento. Fresco en las primeras horas y cálido hacia el mediodía. Seguimos ascendiendo por el bosque entre encinas por un camino claro.
A los 45 minutos los árboles dan paso a los arbustillos y hojarasca, piedras y una loma "pelada" donde el viento se nota algo más. Aunque hoy es soportable. Comenzamos a disfrutar de las vistas en todas las direcciones que nos brinda la ascensión. A pesar de la calima en el horizonte, tenemos una panorámica amplia y hermosa.
Unos minutos más tarde llegamos a la cima. Estamos solos durante todo el camino. Allí también. Junto al vértice geodésico hay un banco hecho con piedras y, allí, mientras disfrutamos de las vistas y hacemos las fotos de rigor almorzamos y bebemos algo.
Panorámica con la cara oculta del Moncayo al fondo y Kike sentado

Antes de bajar llamamos a Alberto, que trabaja en la zona..., para que nos recomiende por Paniza un buen sitio para celebrar el estupendo día que estamos teniendo. Así que acabamos reservando mesa en el Arco, un bar donde la especialidad son las salmueras y en temporada los huevos con trufa que -hay que decirlo- resultan ser lo mejor que hemos probado en la vida.

Tras pasear y bajar la comida por Paniza, nos tomamos un café con hielo al Sol en la plaza del pueblo y para casa. Otra muesca más del comando gastro-montañero. Seguiremos informando.




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