domingo, 29 de junio de 2014

Btt a Alfajarín por la Alfranca. Subida al toro de Osborne

Ayer, con más de treinta grados, decidimos coger las bicis... Inicialmente, nos planteábamos escalar o hacer algo de monte, que lo hicimos, pero otra vez la artritis en mi rodilla (afortunadamente un brote muy leve esta vez) hicieron que buscáramos una actividad más adecuada... O no, porque la tostada que nos dimos, fue digna de mención.

Salimos Giorgio, Juan Carlos y yo del azud del Ebro a las 10.30 una hora "ideal" para un día como el que nos esperaba, y eso que aún soplaba algo de brisa. Problemas con la rueda delantera nada más salir, que afortunadamente, resultó ser sólo la bomba que utilizaba. Giorgio que no se había puesta protección solar... En fin, que parecía nosotros mismos intentábamos sabotear la salida. De hecho, la meta de nuestra excursión, había sido fallida en un par de ocasiones anteriores para Giorgio y Juan Carlos que no lograron encontrar el camino. Esta vez, al menos, habíamos mirado bien las reseñas por internet y lo que nunca falla; preguntamos a dos personas del lugar.
Llegando a Pastriz Giorgio y Juan Carlos al frente

LLegamos a la Alfranca atajando por Pastriz para acortar kilómetros y preservarnos de cara al tramo final y la vuelta. Al llegar allí, tras rellenar los botellines, nos dirigimos a Alfajarín donde tras cruzar el pueblo al llegar, tomamos una carreterita corta pero con unas rampas que me hacen dudar acerca de si voy a conseguir llegar a la Ermita... Finalmente, lo consigo. Giorgio y Juan Carlos me esperan. Van unos metros por delante...
Perspectiva llegando casi al final de la subida

Al lado, están las ruinas del castillo y desde allí, se ve el toro. El camino, parece sencillo. Ir cresteando, subiendo y bajando por los senderos que hay y afrontar una última rampa. Con mucho cuidado y, a punto de caer en un par de ocasiones, milagrosamente, conseguimos llegar a la última rampa bajo nuestro objetivo. Metemos plato pequeño y el piñón más grande que podemos pero, ¡Amigo!, no basta. A pesar de tener todavía piernas las ruedas patinan y el suelo de tierra y cuarzo roto, hacen imposible que, con la presión de ruedas que llevamos, Juan Carlos y yo, podamos llegar sin echar el pie al suelo. Giorgio, consigue con más técnica y habilidad, llegar montado en la bici a la cima.

Descansamos a la sombra del mítico cartel que tantas veces desde la autopista a Barcelona había podido ver. Recuperamos y disfruto de la mejor idea en mucho tiempo que he tenido; meter trozos de sandía en un tuper. La sandía, como si de un regalo divino se tratase, ¡Además está fresca! Una gozada... Nos preparamos para el regreso, por otro camino, tras las fotos de rigor.
Con Giorgio bajo el torico

Empezamos bien... Puesto que el camino, se transforma en una especie de barranco escalonado que tenemos que salvar como podemos con la bici a cuestas. Los brazos se resienten un poco, pero la rodilla afortunadamente, no. De hecho, después de toda la jornada, mejora. Conseguimos llegar a un camino que nos lleva hasta la Puebla de Alfindén, donde enlazamos con una carreterita de vuelta hasta Pastriz. Allí ya toca deshacer lo que habíamos hecho.

Llegando a Zaragoza, nuevo problema. Esta vez, el desviador de platos de Juan Carlos, que conseguimos apañar para que sin cambiar de plato, pueda llegar a casa. En el tercer cinturón, me despido de mis compañeros y llego a casa, sufriendo más en ese tramo que en toda la jornada.

Teniendo en cuenta que empecé a grabar el recorrido a los 7 km. de salir de casa, al poco de comenzar a pedalear por el camino a la Alfranca, fueron un total de 52 km. lo que hice ayer. Primera vez que traspaso la barrera de los cincuenta kilómetros en bici!


La tarde entre comida, siesta y mundial, no hace falta que la comente ;)

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