Estamos ya en otoño... El cambio de tiempo, inicio de curso, etc. hacen que mi cuerpo se retraiga. Siempre... Aunque este año, al salir del confinamiento como toricos, no he dejado de escalar en verano y creo que necesito un descanso. La gente me dice que llevo cara de cansado. Igual es verdad... Cuando Antonio el sábado por la mañana me dice lo mismo decido descansar. Pero hoy no, mañana.
Ya que estamos, nos vamos a Morata. A la pared del reloj a ver qué pasa... Empezamos calentando en un cuarto de esos para matarse. Encima... Calmarza, IV+ que de IV no tiene nada. Sirva la presente para advertir a novatos. A mi me gustaría si voy en el grado saber que no es vía si no vas holgado. Trecking entre chapas y V/+ de grado.
Después de esa nos vamos a Antoñanzas, V+ una clásica que tenía recomendada desde hace tiempo y que sin embargo no había ni rozado. Una pasada de vía. Aunque lo mismo, ya será 6a y con alejes, técnica. 45 metros de calidad, eso sí. Indispensable.
Al levantarse el aire y entrar el Sol decidimos mover y vamos hasta el puente de roca donde a pesar de no tener buenas sensaciones en mi cuerpo, disfruto y escalo casi sin esfuerzo Paranoia 6b+ y Metanoia, 6b, me llama la atención lo holgado que las hago cuando en su día, encadené al límite. Muy contento por disfrutar así en unas vías tan bonitas.
La collejita del día me la llevo en Popocho Cochón, 6b+ que, en mi opinión es bastante más duras que el 6b+ que acabo de hacer. En fin... Damos la jornada por finalizada y me acerco a saludar a mi prima que anda por allí.
Vuelvo a ver a colegas por la escuela que, últimamente, está concurridísima.
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