domingo, 4 de abril de 2021

Resurrección

Semanas de descanso y levantar el pie del acelerador. De asimilar finales de etapas e inicios de otras. Curiosamente, hace poco más de un año, justo antes del confinamiento, me hice análisis porque me encontraba muy cansado. Aunque salieron bien y tras ellos pasé la enfermedad dichosa y estuve confinado, me hicieron pensar acerca de descansar voluntariamente (sin enfermedad o lesión de por medio) de vez en cuando…


Estas dos últimas semanas así lo he hecho. Hace falta levantar la cabeza, tomar aire cada cierto tiempo. Escuchar al cuerpo pero sobre todo a la cabeza. Al menos, a mí, he aprendido que me hace falta.

Por motivos que no vienen al caso comentar aquí, ese momento ha sido para mí este inicio de primavera. Estas dos semanas no he escalado ni salido al monte con otra pretensión que no fuera descansar, disfrutar y recuperarme física y mentalmente. Escribiendo estas líneas, me doy cuenta de que he hecho bien y lo apunto para futuras temporadas.



Hace una semana, me vinieron a recoger (literalmente) Dani, Sara y Lidi junto a Angus para ir al ibón de Piedrafita. Excursión “dominguerilla” muy chula y que no había hecho. Así que sin dejar de disfrutar de la compañía de amigos y sin dejar de ir a la montaña, tuve mi primera sesión de recuperación. Pequeños y sencillos placeres de la vida como son la conversación al caminar, vadear riachuelos, bajar con el culo por un nevero, tomar un bocadillo al sol en una piedra y meter las piernas en un ibón… Un lujo y una fortuna que te hacen sentir privilegiado además de recordar que estamos vivos.


El siguiente finde, bueno, días de Semana Santa…, los comienzo saliendo a correr y sudando/desintoxicando, quedando con amigos y descansando. También subo a Jaca con mi madre. Desde allí, el sábado, acudo a Yebra de Basa a caminar hasta el helero que se conserva en la loma que domina el pueblo con Luz y Marta, caminando solos por un bosque y un suelo plagado de flores. Al bajar, seguimos hasta San Román de Basa por una antigua calzada y fantaseamos con vivir (y trabajar) desde un lugar así. Comemos y bebemos, charlamos de esto y lo otro. Pasamos calor y nos abrigamos. 



Hoy, domingo de Resurrección vuelvo a Zaragoza. Seguimos!

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