lunes, 10 de marzo de 2014

Javierada 2014

No es la primera vez que hago esta peregrinación con gran arraigo y tradición en Navarra. La misma, consiste en caminar desde Pamplona (algunos lo hacen desde otras localidades como Tudela o Tafalla...) hasta el castillo del Santo y Patrono navarro San Francisco Javier, jesuita y misionero navarro del S. XVI.
Javi encabeza el grupo, un tafallés al mando... (foto de www.diariodenavarra.es)

El recorrido, de unos 50 km. se suele realizar en dos etapas. La primera y más larga, desde el punto de salida (como hemos dicho Pamplona en general, pero se suele salir de un punto en las afueras de la capital Navarra, Noain normalmente) hasta Sangüesa, unos 40-45 Km. depende del lugar de la salida. Se duerme en los lugares que la organización habilita, como Iglesias, conventos, pabellones... Un estilo de lo que puede encontrarse en el camino de Santiago, que por cierto, comparte tramos del recorrido de la Javierada...

La segunda etapa, se realiza a la mañana siguiente, el domingo, y va desde Sangüesa hasta Javier, unos 8 km. en los que la organización invita a rezar el vía crucis marcado en la carretera con los hitos construidos "por los mozos navarros a Javier".

Al llegar se terminan los actos con una Misa en la fabulosa explanada del Castillo y vuelta para casa en autobús.

Nosotros, como casi todos los años, la hemos hecho con el grupo de jóvenes de la Parroquia de Santa Engracia de Zaragoza entre amigos y con muy buenos recuerdos de años anteriores y, es que ya son más de diez años desde que organizamos la primera...
Con el castillo al fondo y otros peregrinos en la explanada de Javier

A las 06.30 horas salimos sesenta personas justas en el autobús que nos dejaría pasado Elorz esta vez. Paramos antes y al final, nos pusimos a andar sobre las 09.00 horas. Tras hacer una primera parada al comienzo de Loiti, continuamos andando hasta el mediodía cuando, bajado Loiti, cerca de Nardués, paramos a comer. Destacar, como siempre el generoso avituallamiento que la organización prepara, café incluido.

La última parada, antes de llegar a Sangüesa, la hicimos, como siempre también en Liédena. Antes de "dormir" (vaya bestias pardas había en el grupo que roncaban como trolls), hay tradiciones, como la del patxaran que había que cumplir.
Ramón, José y yo en Sangüesa

La mañana siguiente, a las 06.00 arriba y, aunque amanece con fresco, el Sol que nos acompañó todo el camino, no tarda en calentar. Llegamos a Javier mejor de lo pensado y disfrutamos del ambiente y de un fin de semana "interior en el exterior" diferente y reconfortante. No sólo de pan vive el hombre...

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