martes, 29 de julio de 2014

José Antonio Sánz, 6a+ (180 m.) al Mallo Frechín

23.04 domingo 27 de Julio, suena el móvil, apunto de irme a la cama... Mon... Que si mañana después de trabajar nos vamos a Riglos. Uffff... Esa mañana me había ido a correr porque tenía molestias en unos dedos de las apretadas de las últimas semanas por Riglos y Vadiello. 
Pisón, collado, Cuchillo, Frechín y Visera

A los cinco minutos, ya estaba en pijama bajando al trastero a por los cacharros. Qué le vamos a hacer, si tenemos el veneno dentro. Que si la Irene y la Paz, que si la Cucurruclillo... Al final, decidimos el lunes en el coche. Dado que Mon llevaba varios días fuera de casa, mal durmiendo y escalando, yo tampoco iba a tope con las molestias en los dedos, cogemos una vía más suave, la José Antonio Sánz, 6a+, 180 m. Al Mallo Frechín.
José Antonio Sánz, 6a+ de grado mantenido, muy asegurada y bonita

Esta vía, que tiene unas vistas de la Visera privilegiadas, goza de buena roca tras el paso de muchas cordadas y se ha visto envuelta en polémica tras un reequipamiento en 2004 que posibilita que la vía pueda acerarse en caso de necesidad o "embarque" transcurre entre las otras dos vías que he nombrado, cruzándose en algún largo con ellas.

Al margen de polémicas. En esto, como en todo, para gustos los colores y, lo que es innegable que antes del equipamiento o reequipamiento de esta y otras vías del mallo, el Frechín apenas se escalaba. Y, además, acerca la posibilidad a cordadas con menos horas de vuelo en tapia y en Riglos, atreverse a escalar uno de estos muros.

En subir y bajar nos costó cuatro horas. Fuimos tranquilos, cansados pero disfrutando. Buena roca en general y reuniones bastante cómodas, excepto la del cuarto largo, pero bueno, bien. Mon perdió su bolsa de magnesio en la aproximación, así como iba a abrir los largos, le dejé la mía pero tampoco la eché mucho en falta. A mitad de vía, Mon sintió la llamada de la naturaleza en forma de abono para las rocas, así que tuvimos que parar unos minutos. Aparte de eso y de que hubo ciertas dudas con unas chapas que no teníamos claro si eran de la vía o de otras, llegamos a la cima sin mayores problemas.
Mon y yo en la cima disfrutando de las vistas
Esta vez tocó más disfrute que sufrimiento

El tiempo que hizo ayer, con 24º y brisa, a la sombra fue un lujazo. Aunque al mediodía llovió, estaba todo seco y al llegar arriba, estaba completamente limpio el cielo, por lo que además de las cimas cercanas, pudimos contemplar las maravillosas vistas de la zona.

Para descender, aunque se puede ir andando (hora y media por el circo de verano), lo mejor es rapelar. Además, justo cuando estábamos en la cima, vimos un desprendimiento de bolos por la misma canal que hay que remontar antes de llegar al collado donde empieza el descenso. Mal rollo... Nosotros, hicimos los dos primeros rápeles por la misma vía y, desde el tercero, por la vecina Irene y la Paz, 6b+ que además de dejarte el segundo rápel en una reunión de esta vía, son más cómodos y directos.
Con el collado al fondo, feliz

En la Chooper+chooperior, 6c que escalamos el otro día, estaba el otro "hermano brazo" con un compañero de trabajo. Aparte de eso, una cordada de ingleses en la fiesta y otra de franceses en el puro. Al bajar, dimos buena cuenta de unas cervezas, patatas y sandwiches de jamón entre risas y anécdotas que pueden contarse y, otras, que no tanto, jajajajaja!

Terminamos de recoger y para casa, que al día siguiente, hay que levantar el país y, eso, es mucho grado...

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