domingo, 21 de febrero de 2016

Descubriendo el sendero ibérico soriano. El valle del Henar

Tenemos varias cajas "de esas de noche para dos personas" que te regalan (los amigos) y, por fin, hemos cerrado un fin de semana para disfrutar la primera de ellas... Tras cuadrar calendario y preguntar en distintos alojamientos, tenemos destino: Deza. Una de las más antiguas localidades sorianas, cercana a la provincia de Zaragoza, en concreto, a la localidad de Embid de Ariza.

Además, tenemos a nuestro amigo J en Jaraba, cerquita, pueblo de la familia de Carol y al que hace mucho no vamos, así que promete ser un fin de semana entretenido.

Y además de haber sido entretenido, disfrutado y aprovechado ha hecho un tiempo. Qué digo... Tiempazo! Lo bueno que tiene Deza es que el sendero ibérico soriano, o GR86 tiene desde allí tres etapas que discurren por el valle del Henar.

Tras saludarnos con Js y tomar un café en el km200, nos acompaña cerca de Embid para enseñarnos el roble de la casa de la Vega. Un centenario árbol de 21 metros de altura y cuya base es de 6 metros. Ya aparecía en crónicas en tiempo de Fernando el Católico y ya entonces se hablaba de su tamaño.
Como hormiguitas

Llegamos a Deza y directos al alojamiento en la casa rural de las Ollerías donde todos los fines de semana de enero y febrero hay matanza y llegamos a tiempo de ver una tradición de lo más auténtica. No nos quedamos a la fiesta porque llevamos comida y ganas de andar. Nos cambiamos, cogemos las mochilas y nos ponemos las botas. 







El sendero parte de la misma puerta y tomamos una de las tres direcciones posibles. No conseguimos orientarnos bien del todo y llegamos a retomar el camino por el sendero de vuelta de otra de las variantes... De vuelta a Deza, comemos algo, descansamos y atravesamos el pueblo para seguir andando por el sendero por la tercera de sus alternativas. Esta vez si que acertamos y tomamos dirección oeste para tras poco más de un km llegar a un alto donde se erige la ermita de San Roque. Desde allí, tenemos el privilegio de disfrutar de unas singulares vistas de la cara sur del Moncayo.






Seguimos caminando unos 4 km más en dirección Cihuela y decidimos que una vez llegamos a unas ruinas de lo que en su días fue una atalaya árabe, dar la vuelta. Al llegar a Deza, nos duchamos y descansamos antes de bajar a cenar... Y aquí cedo ante la tentación y acepto la propuesta de Emilio, "el jefe" que me ofrece el menú de la matanza... Así que para cenar, tomo regado con un rico ribera del Duero: sopa de cocido, oreja guisada, solomillo con tomate y secreto al ajillo. Y con esto, a dormir.

A la mañana siguiente, nos vamos para Jaraba. Otro día espectacular. Visitamos el pueblo y hablamos con un lugareño que nos sitúa a la familia de Carol en los parentescos del pueblo. Tras un aperitivo rico, rico, movemos para Calmarza atravesando el cañón del río Mesa, donde semanas atrás estuve pasando frío escalando con Iñaki. Comemos al solecito muy, muy bien y acompañados por algunos amigos para ya de vuelta a coger el coche en Jaraba recoger algunos productos del lugar, cortesía de Js: huevos, miel y nueces. 



Una maravilla de fin de semana donde hemos estado con amigos, hecho deporte, comido, comido y comido :)

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