viernes, 21 de agosto de 2020

Llana del Bozo desde Rigüelo y bajada por el collado

El pasado 21 de agosto, José, Javier, Juan y yo fuimos hacia el valle de Aisa para hacer monte por los alrededores del Aspe. Seguimos buscando alternativas a las rutas más frecuentadas y bonitos itinerarios que nos permitan acceder a vistas diferentes del Pirineo.


En torno a las ocho de la mañana empezamos a andar. De momento la temperatura es muy buena. Sopla algo de aire además y la sombra de las paredes que rodean nuestro camino nos protegen del tan temido Sol. El valle de Rigüello se abre ante nosotros presentándonos una panorámica de todos los picos espectacular. El primero por la izquierda, nuestro objetivo, el pico de la llana del Bozo y, a su derecha, el Aspe. 


Remontamos por un sendero que va aproximándose a las inmediaciones de los dos picos. De momento, vamos por terreno herboso. Conforme ganamos altura, los bloques de roca aparecen y, después, la pedriza que sortearemos por su lado izquierdo hasta llegar a la garganta. Antes de llegar a esta, alcanzaremos un pequeño circo desde el que remontaremos hasta la garganta por un, aunque también con pendiente, cómodo sendero.


En la garganta hemos de protegernos del viento. Bebemos y comemos algo y admiramos las vistas del área de Candanchú y la zona del Midi D'Ossau. Desde la garganta, seguimos los hitos que marcan el camino hacia la cumbre de la llana. Coincidimos con otros dos grupos de montañeros en esta parte del recorrido. Superando una zona de bloques de piedra, finalmente, llegamos hasta la arista que nos conducirá hasta la cima.


Llegando a la cima, vemos frente a nosotros una manada de sarrios. Más tarde, de bajada, los volveremos a ver correr junto a nosotros. La naturaleza está desbocada. En la garganta podemos ver una cantidad de edelweiss exagerada, también en las rampas del inicio del descenso.


Ya en la cumbre, las típicas fotos, el bocadillo, enumeración de todos los picos que pueden verse en 360º, comentarios con el resto de montañeros, etc. Casi estamos allí una hora dado que vamos muy bien de horario. Disfrutamos.


Después del descanso nos preparamos para bajar. Iniciamos el descenso por el camino que parte hacia Candanchú. En el collado de esta bajada nos desviamos hacia el valle que hay a lo lejos bajo nuestros pies. Vamos perdiendo altura alternando terreno herboso y pedrera. Nos volvemos a encontrar con los sarrios. Quién pudiera trotar así por estas montañas...

Tras alcanzar el valle, paramos a comer otro poco. Vemos un dólmen junto a la GR11 cerca de este punto. Continuamos la marcha, puesto que la bajada por este camino es más larga. Tras remontar unas lomas, toca bajar de nuevo. Antes de enfilar la bajada hacia el collado del Bozo, hay un pequeño destrepe recientemente protegido por una sirga. No viene mal...


Ya en collado del Bozo podemos ver, desde cerca del macizo de Bernera, el refugio de Lizara al fondo con Bisaurín sobre el mismo. Continuamos por la GR11 zigzageando por los restos de un ibón ahora colmatado, rebaños de vacas, algún pequeño riachuelo... Nos desvíamos un poco del camino para contemplar otro dólmen, el de Izagra, cláramente señalizado con un cartel explicativo.

Tras este pequeño receso, volvemos al camino. Ya por el valle de Rigüello nuevamente, sólo nos quedará seguir el sendero hasta el punto de inicio. En estas inmediaciones comienza a aparecer más gentes, la mayoría de las personas, veraneantes que buscan las múltiples pozas del lugar para poder refrescarse. 


Ya en el coche, recogemos las cosas, nos cambiamos y paramos de vuelta a Jaca en Aisa para tomarnos la tradicional cerveza de después. Ha sido un día fantástico donde no hemos pasado excesivo calor y, sobre todo, hemos podido disfrutar de unas vistas espectaculares del Pirineo en buena compañía. Seguimos..!

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