martes, 12 de agosto de 2014

BTT por los senderos de Goya y alrededores de la cañada de Torrero

Seguimos por Zaragoza haciendo lo que se puede en verano. Y eso, que el calor, calor... No lo hemos catado. O mejor dicho, lo hemos esquivado.

Hoy, tocaba BTT y tras mucho dudar, mirar itinerarios y visto el aire (como se dice por aquí) que sopla estos días, decidimos no ponernos un destino concreto y ciclar desde el camino del tiro de bola, frente a nuestra casa.
Esteparios paisajes de los alrededores zaragozanos

Desde allí, parte la llamada Ruta de Goya (PRZ23 indicada con dos pintadas paralelas de amarillo y blanco), que por pistas de tierra, discurre hacia Fuendetodos, localidad natal del pintor con bifurcaciones a Cuarte de Huerva, Torrecilla de Valmadrid y otros lugares. También puede comenzarse cualquiera de estos recorridos por la GR99 que se puede tomar en el mismo camino, un poco antes para luego conectar con la CR41, todo bien señalizado.
Carol llegando a lo alto de una de las varias subidas

Nosotros lo que hemos hecho, ha sido ir hacia Fuendetodos, pasando las canteras hasta un montículo donde hemos decidido dar la vuelta ya que a partir de allí se iniciaba un prolongado descenso y luego había que volver.





















La vuelta, la hemos querido hacer subiendo dicho montículo ya que conecta con el camino principal tanto a la subida como a la bajada. Hemos llegado con más pena que gloria hasta arriba por un sendero duro y resbaladizo con mucha piedra suelta y zanjas. La bajada ha sido de ir muy al loro y, ante la duda, pie a tierra, pero las vistas han merecido la pena.
Panorámica desde el alto donde iniciamos el regreso

Para alargar la vuelta, hemos decido, a la altura de Puerto Venecia, coger otros desvíos que alguna vez corriendo había tomado y conocía. En una de las bajadas, sin llegar a caerme, he dado contra una zanja con la rueda trasera, deformando la llanta, rompiendo la cubierta y reventando la cámara de la rueda. Fin.

Lo siguiente, ha sido armarnos de paciencia, con las calas puestas en mi caso y volver hacvia casa, con la fortuna, al menos de hallarnos a sólo dos kilómetros del centro comercial. Ya de paso..., he pedido presupuesto de reparación que, junto la piñonera que tenía pendiente, la cadena y algún ajuste más, supone más de lo que la bici vale, así que veremos después de vacaciones qué hacemos.




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